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viernes, 31 de agosto de 2012

FILMOTECA DEL TERROR: NOSFERATU PARTE 2 Y FINAL




Estimados amantes del cine Terror: nos vamos de inmediato con la segunda parte y final de esta maravillosa producción muda: NOSFERATU.

Si se perdieron la primera parte, simplemente pinchen acá y podrán ver juntas ambas entregas.

¡Preparen sus cruces y afilen sus estacas!


OPINIÓN PERSONAL: LA GRAN INTERROGANTE

¿En verdad sólo es una leyenda que Murnau consiguió a un vampiro real para el film? Leyenda o no, curiosamente después de esta película, nunca más se supo de Max Schreck, el actor que interpretó al vampiro y de quien tampoco se tienen registros antes de este film. Es más, se piensa que su nombre y apellido eran ficticios, puesto que Schreck significa terror en alemán.

Otras personas aseguran que jamás existió el tal Schreck, sino que simplemente se trata del mismísimo Murnau quien se habría caracterizado como Nosferatu al no encontrar ningún actor que en verdad le gustase para el papel y por ello decidió hacerlo el mismo, inventándose una identidad falsa para figurar en los créditos del film.

Cierto o no, la interpretación es magistral y aunque ha pasado casi un siglo, sigue asustando a las nuevas generaciones como en aquel entonces, pues a este singular Nosferatu, siempre le ha rodado un halo de misterio y una presencia terrorífica que todavía inquieta al verlo en la pantalla, a pesar de los años.

Claramente debido a estas leyendas, en el año 2000 se rodó LA SOMBRA DEL VAMPIRO, que es una historia “ficticia” sobre el rodaje de la versión muda de Nosferatu. Protagonizada por John Malkovich y Willem Dafoe, se trata de una historia fantástica de horror en la que un director (Murnau, interpretado por Malkovich) crea una película de vampiros completamente realista gracias a que contrata a un auténtico vampiro (interpretado por Dafoe) para que interprete el papel de Nosferatu. La interpretación de Dafoe fue genial y le valió una nominación al Oscar.

Y aunque muchas personas dicen que el supuesto mito de si es un vampiro o no, comenzó recién en el 2000 con la película LA SOMBRA DEL VAMPIRO, les diré que personalmente desde que soy niño que vengo escuchando dicha leyenda.

La eterna interrogante de si es o no un vampiro real, no hace más que llenar de más misterio y terror a una película legendaria que ha quedado para siempre en el recuerdo.



FICHA DEL FILM

AÑO: 1922
DURACIÓN: 95 min.
PAÍS: Alemania
DIRECTOR: F.W. Murnau
GUIÓN: Henrik Galeen
FOTOGRAFÍA: Fritz Arno Wagner
REPARTO: Max Schreck, Alexander Granach, Gustav Von Wangenheim, Greta Shroeder, G. H. Schell, Ruth Landshoff, John Gottowt, Gustav Botz, Max Nemetz, Wolfgang Heinz.
PRODUCTORA: Prana-Film GmbH


A continuación les hago entrega de los videos correspondientes a las últimas tres partes de NOSFERATU, espero que las disfruten y nos vemos pronto con otra película en la sección FILMOTECA DEL TERROR como siempre en su blog favorito BOLSI & PULP.

¡Un abrazo a todos!

Atte: ODISEO… Legendario Guerrero Arcano.



PARTE 4


PARTE 5


PARTE 6 Y FINAL


domingo, 26 de agosto de 2012

HAMMER FILM: LA CASA DE TERROR


POR ANTONIO QUINTANA CARRANDI


La FILMOTECA DEL TERROR, que Odiseo ha tenido a bien dedicar al cine de terror, me viene de perlas para rendir un sincero y sentido homenaje a una de las productoras cinematográficas más míticas de la historia del cine, que prácticamente monopolizaría el género fantástico, en su vertiente terrorífica, entre las décadas de los cincuenta y setenta del siglo pasado: la Hammer Films, popularmente conocida en Gran Bretaña como “La Casa del Terror”.

Los Estudios Hammer fueron fundados por Enrique Carreras (1880-1950) y William Hinds (1887-1957). El primero era un empresario catalán, emigrado a Inglaterra en busca de fama y fortuna, y el segundo un hombre de negocios, de notable éxito, cuya verdadera pasión era el teatro, en el que invirtió grandes sumas de dinero. Los caminos de estos dos emprendedores de la vieja escuela se cruzaron en el barrio londinense de Hammersmith, donde Carreras, que ya era propietario de una importante cadena de cines, tenía su centro de operaciones. Hombres de personalidades muy dispares, compartían sin embargo ambiciones y sueños similares, lo que cimentó una sólida amistad que les llevaría a asociarse para fundar, en 1932, “Exclusive Films”, compañía distribuidora especializada en modestas producciones de género, el tipo de películas del que se nutrían las salas de Carreras. El negocio les fue tan bien que optaron por ampliarlo, decidiéndose a producir sus propios films. Y así, en 1935, fundaron “Hammer Productions”, que tendría una vida efímera, ya que el estallido de la II Guerra Mundial dio al traste con los ambiciosos planes del eficaz tándem de empresarios. “Hammer Productions” sólo pudo financiar cuatro modestos títulos en su corta existencia,, el más interesante de los cuales es, a mi juicio, EL MISTERIO DEL MARY CELESTE (THE MYSTERY OF MARY CELESTE, Denison Clift, 1935), protagonizada por el gran Bela Lugosi.

En 1947 “Hammer Productions” se fusionó con “Exclusive Films”, dando origen así a la “Hammer Films Productions Ltd”. Para entonces el negocio estaba ya, al menos en parte, en manos de James Carreras y Anthony Hinds, hijos de los fundadores. En 1948, tras ser licenciado del ejército, se uniría a ellos Michael Carreras, hijo de James, completando así el triunvirato que no sólo iba a conseguir revitalizar la empresa familiar, sino que sería el artífice del gran éxito de la “Hammer” a nivel internacional.

Estos tres genios de la industria del espectáculo, conscientes de la gravísima situación económica por la que pasaba una Inglaterra completamente arruinada por la guerra, apostaron desde un principio por producir un cine comercial, de bajo presupuesto pero de cuidada calidad artística. Su plan de producción estaba calculado al detalle, sin dejar nada a la improvisación. La idea era rodar cinco películas al año, con un presupuesto máximo para cada una de ellas de no más de veinte mil libras. El tiempo dedicado al rodaje y la post-producción de cada cinta no excedería de seis semanas. Como es natural, los films estarían pensados para el público británico, aunque no se descartaba la posibilidad de exportarlos. El objetivo era fidelizar a los espectadores y conseguir que cada cinta cubriese costes, dando además un beneficio de al menos veinticinco mil libras. Huelga decir que ambas metas se alcanzaron holgadamente, convirtiéndose los Estudios “Hammer” en una de las compañías más rentables de la industria cinematográfica británica.

Dado lo modesto de sus niveles de producción, la “Hammer” no podía permitirse contratar a grandes estrellas de la pantalla, por lo que recurrió a la “cantera” teatral y radiofónica, abriendo así las puertas del cine a un plantel de actores no demasiado conocidos, pero sí de probada profesionalidad. Sus primeras producciones fueron adaptaciones de popularísimos seriales radiofónicos de la legendaria BBC. Estas películas devinieron en clamorosos éxitos que acrecentaron muchísimo el prestigio de los Estudios. Gracias a ello, “Hammer” pudo contratar a destacadas figuras del cine de Serie B hollywoodense, como Dan Duryea, Lizabeth Scott y César Romero, que protagonizarían algunos de los films más populares de la casa. Aparte de esto, la compañía comenzó a colaborar en algunos proyectos con los Estudios estadounidenses “RKO Radio Pictures” y “Lippert Release”, lo que facilitó la distribución de los films “Hammer” en USA.


“Hammer Films Productions Ltd” iba viento en popa, de modo que Anthony Hinds convenció a sus socios de la necesidad de contar con unas instalaciones propias y más modernas. El nuevo complejo de los Estudios se creó en Winsord Road, junto al Támesis, en el condado de Berkshire, entre Bray Village y Maidenhead, donde la compañía adquirió un enorme caserón victoriano, conocido como Oakley Court Manor — que había sido utilizado durante la guerra como cuartel general de la Resistencia francesa en suelo inglés—, y los terrenos adyacentes, de treinta y cinco acres de extensión. Éste fue el germen de los legendarios “Bray Studios”, cuya actividad se prolongaría hasta 1968, y cuyo recuerdo perdurará siempre en el corazón de todo cinéfilo, pues en aquella vieja mansión victoriana, y en sus cuatro sets de filmación anexos, se rodaron muchas de las grandes obras maestras de la “Hammer”.

La “Hammer Films” cultivó todos los géneros, desde el cine de piratas hasta el bélico, pasando por el de aventuras, el musical y la comedia. Pero su proyección internacional vendría de la mano del cine fantástico en sus dos vertientes principales: la ciencia ficción y el terror. La cinta que lanzó a la “Hammer” al estrellato mundial fue EL EXPERIMENTO DEL DOCTOR QUATERMASS (THE QUATERMASS EXPERIMENT, Val Guest, 1956), una absorbente historia de ciencia ficción, inspirada en una exitosa serie de la BBC Television. Esta película, un taquillazo en todo el mundo pero especialmente en Gran Bretaña y Estados Unidos, proporcionó grandes beneficios a la productora, lo que animó a ésta a proseguir por aquella senda. QUATERMASS II (ídem, Val Guest, 1957) superó el éxito de su predecesora. Pero ese mismo año “Hammer” produciría el film que consolidaría su posición de preeminencia mundial en el terreno de la fantasía y el terror. LA MALDICIÓN DE FRANKENSTEIN (THE CURSE OF FRANKENSTEIN, Terence Fisher, 1957) significó el espaldarazo definitivo para la compañía. La cinta rompió las taquillas de toda Europa occidental, pero en Estados Unidos fue un auténtico bombazo, pues recaudó más de siete millones de dólares, cifra a la que no se aproximó, ni de lejos, otra gran película británica estrenada ese año en USA: EL PUENTE SOBRE EL RÍO KWAI (THE BRIDGE ON THE RIVER KWAI, David Lean, 1957). Si tenemos en cuenta que el film de Fisher costó menos de setecientos mil dólares americanos, promoción publicitaria incluida, podemos hacernos una idea de lo que representó para la “Hammer” tan apoteósico triunfo.

Descubierto el filón, los directivos de “Hammer” decidieron explotarlo al máximo, y, así, potenciaron la especialización de los Estudios en el género fantástico, centrando el grueso de su producción en los films de tema terrorífico. LA MALDICIÓN DE FRANKENSTEIN convirtió en grandes estrellas a Peter Cushing y Christopher Lee, dos fabulosos actores entre los que había una química muy especial, sabiamente aprovechada por los directores adscritos a la compañía, sobre todo por el genial Terence Fisher, que los dirigiría de nuevo en DRÁCULA (HORROR OF DRACULA, 1958), otro memorable exitazo. Cushing y Lee colaborarían, tanto juntos como por separado, en numerosas películas que han devenido en clásicos del cine de terror. Pero sus mejores trabajos en equipo los realizarían a las órdenes de Fisher, quizás el mejor director de la “Hammer”, que firmaría títulos tan extraordinarios como EL PERRO DE BASKERVILLE (THE HOUND OF THE BASKERVILLE, 1959); LA MOMIA (THE MUMMY, 1959) o LA GÓRGONA (THE GORGON, 1964), todos ellos protagonizados por esa irrepetible pareja de intérpretes.

La “Hammer”, que poseía los derechos de las viejas producciones de terror de la “Universal”, supo adaptar los antiguos arquetipos góticos al gusto de una nueva generación de aficionados al fantástico. Sus películas, rodadas en rutilante color, contenían, para su época, altas dosis de erotismo y violencia. No obstante, estos aspectos estaban tratados con tan exquisito tacto, que el espectador no era plenamente consciente de ellos. Y ésa es, sin duda, una de las mejores virtudes del cine de terror de la “Hammer”: su habilidad para presentar, con un sorprendente buen gusto, las situaciones más sangrientas o escabrosas.

Todos los subgéneros del terror tuvieron cabida en la producción de la “Hammer”. La calidad de sus films siempre estuvo muy por encima de la media comúnmente aceptada en este tipo de cine, y eso a pesar de que se trataba de producciones de bajo presupuesto. Hubo, claro está, alguna que otra película fallida; pero, en general, sus cintas gozaron del favor del público durante casi veinte años. La decadencia de la “Hammer” llegó en los años setenta, y estuvo condicionada, al menos en parte, por un cambio drástico en los gustos de los jóvenes aficionados al género, que comenzaron a decantarse por esa monstruosidad del “Gore” o “terror sangriento”, cuyo máximo exponente sería la infumable LA MATANZA DE TEXAS (THE TEXAS CHAIN SAW MASSACRE, Tobe Hooper, 1974), de infausto recuerdo para cualquier cinéfilo con un mínimo de sensibilidad artística.



“Hammer Films” dignificó el cine fantástico. Reavivó la llama del terror gótico, que a principios de los años cincuenta había sido olvidado por Hollywood —un error que la “Meca del Cine” pagaría caro—, y logró modernizar los esquemas del género sin desvirtuarlos, ofreciendo una dimensión nueva de sus personajes clásicos. La estúpida y execrable moda del “Gore” no ha generado más que engendros abominables, salpicados de ríos de sangre y vísceras, y sólo aptos para ser “disfrutados” por individuos aquejados de graves disfunciones neuronales. La influencia del cine de la “Hammer”, por el contrario, es amplia y reconocida. Sus films, incluso aquellos que en su momento fueron relativos fracasos comerciales, están considerados hoy como obras de culto. La estética de sus películas ha impregnado buena parte del cine fantástico que se ha hecho desde finales de los setenta. El hálito “hammeriano” puede rastrearse incluso en títulos tan celebrados como DRÁCULA (BRAM STOKER´S DRACULA, Francis Ford Coppola, 1992), cuya eficaz puesta en escena es deudora del estilo de Terence Fisher. “La Casa del Terror” significó un antes y un después en lo que a la concepción del cine fantástico se refiere. Por eso todo aquel que se considere un buen aficionado al terror debe ver sus películas, modestas en sus planteamientos y en sus niveles de producción, pero grandiosas en sus logros. Porque, sin la menor duda, el mejor cine de terror de todos los tiempos fue el realizado por la mítica “Hammer Films”.


Antonio Quintana Carrandi
Agosto de 2012

domingo, 19 de agosto de 2012

FILMOTECA DEL TERROR: NOSFERATU PARTE 1



¡Bienvenidos a una nueva película de la sección FILMOTECA DEL TERROR!

Ahora revisaremos un clásico de clásicos, el legendario film mudo de 1922: NOSFERATU.

El nombre del film “Nosferatu” deriva del griego “Nosophoros”, que significa portador de plagas, ya que el vampirismo era según la literatura, una plaga.


HISTORIA Y LEYENDA

Muchísimo hay de historia en esta gran película, desde las leyendas que dicen que el genial director F. W. Murnau para el papel protagónico buscó y encontró un vampiro real, que accedió a hacer el rodaje o que existen datos poco claros que hablan de que durante la grabación murieron o desaparecieron misteriosamente varias personas del equipo de filmación, hasta los hechos que dicen que la viuda de Bram Stoker se negó a vender los derechos de la novela Drácula a Murnau para esta película, aunque oficialmente la historia dice que simplemente el estudio no logró hacerse con los derechos del libro.

Otro de los rumores sin desmentir sobre la película es que la protagonista femenina era una toxicómana contratada por el director para que fuera en realidad mordida por Max, y que murió durante la filmación.

A pesar de no tener los derechos de la novela, Murnau no se rindió e igual decidió filmar su propia versión de la novela y el resultado es una película que tiene un gran parecido con la historia original de Stoker. El nombre de Drácula se cambió por el de Nosferatu y también se cambiaron los nombres de los personajes: el Conde Drácula es aquí el Conde Orlok, por ejemplo.

De esta manera Murnau no pagó los derechos de autor. La viuda de Stoker logró que se reconociese la autoría, y obtuvo una orden judicial para destruir los negativos y todas las copias de la película. Por suerte para las futuras generaciones, las copias distribuidas en el resto del mundo fueron tantas, que varias se salvaron de su destrucción, impidiendo con esto la total desaparición de esta magistral producción.

Desgraciadamente la mayor parte de la filmografía alemana de Murnau se da por desaparecida. Tras rodar FAUSTO viajó a Hollywood, donde dirigió en 1927 AMANECER, el primer film ganador de un premio Oscar. Murnau murió en 1931, víctima de un accidente vehicular, pocos días antes del estreno de su última obra maestra TABÚ.

Werner Herzog hizo una versión en 1979 con Klaus Kinski encarnando a Nosferatu, pero personalmente, y como amante de las películas de vampiros, creo que la presencia del Nosferatu original es de las más inquietantes nunca vistas en pantalla.



SINOPSIS

Año 1838. En la ciudad de Wisborg viven felices el joven Hutter y su mujer Ellen, hasta que el oscuro agente inmobiliario Knock decide enviar a Hutter a Transilvania para cerrar un negocio con el conde Orlok. Se trata de la venta de una finca de Wisborg, que linda con la casa de Hutter. Durante el largo viaje, Hutter pernocta en una posada, donde ojea un viejo tratado sobre vampiros que encuentra en su habitación. Una vez en el castillo, es recibido por el siniestro conde. Al día siguiente, Hutter amanece con dos pequeñas marcas en el cuello, que interpreta como picaduras de mosquito. Una vez firmado el contrato, descubre que el conde es, en realidad, un vampiro. Al verle partir hacia su nuevo hogar, Hutter teme por Ellen.


TRAILER

Les he traído dos Trailers de Nosferatu, el primero es portugués y fue hecho para promocionar el film en Blue-ray, y el segundo contiene algunas de las escenas más memorables acompañadas con música del video juego Castlevania. Espero que los disfruten.

TRAILER 1


TRAILER 2


Y acá les hago entrega de los videos correspondientes a las primeras tres partes del film, espero que no se asusten mucho y nos vemos pronto con la conclusión de la película.

¡Un abrazo a todos!

Atte: ODISEO… Legendario Guerrero Arcano.


PARTE 1


PARTE 2


PARTE 3

domingo, 12 de agosto de 2012

SEGUNDA ENCUESTA DE REPECHAJE



Estimados amigos de Bolsi & Pulp: Al igual que el año pasado y con motivo de que el próximo mes es Septiembre (el mes en que los chilenos celebramos nuestras fiestas patrias) en Bolsi & Pulp queremos celebrar en grande junto a todos ustedes y por ello les tenemos un regalo.

Les presentamos la segunda encuesta de repechaje, en la que aparecen todos los libros que no obtuvieron el primer lugar en nuestras últimas dos encuestas. Como de costumbre, el libro que resulte ganador, será publicado de forma integra en el blog.

Las cinco sensacionales obras para que puedan votar son las siguientes:


OPCIÓN 1:
MAGIA CÓSMICA
DE PETER KAPRA

Publicada en la breve pero fascinante colección KAPRA FUTURO, “Magia Cósmica” se transformó pronto para muchos como la mejor novela en dicha colección.


OPCIÓN 2:
ALIEN EL OCTAVO PASAJERO
DE ALAN DEAN FOSTER
Un clásico del cine y la literatura que combina magistralmente la Ciencia Ficción con el Terror, para entregarnos una historia memorable.


OPCIÓN 3:
LA HISTORIA INTERMINABLE
DE MICHAEL ENDE

Un libro maravilloso que marcó época con un viaje repleto de aventuras y que fue llevado al cine bajo el nombre de: “La historia sin fin”.


OPCIÓN 4:
HOMBRE O ROBOT
DE GLENN PARRISH

Luis García Lecha ha pasado a la historia con su seudónimo de Clark Carrados, pero también utilizó el de Glenn Parrish, sobre todo cuando se trataba de una buena aventura de Ciencia Ficción, como es el caso de esta novela.


OPCIÓN 5:
EL CLAN DE LA CALAVERA
DE JOSEPH BERNA

Para algunos el rey del punto a parte, para otros un novelista capaz entretener al 100%. Como sea, Joseph Berna aquí nos entrega una de sus mejores novelas de Terror.


¿YA HICISTE TU ELECCIÓN? ¡ENTONCES A VOTAR!

El plazo vence el 25 de Septiembre.

¡Un abrazo enorme a todos!

Atte: ODISEO… Legendario Guerrero Arcano.


NOTA IMPORTANTE:

Por motivos totalmente ajenos al equipo de Bolsi & Pulp, les avisamos que de momento Blogger tiene problemas con las encuestas. Por lo tanto, para que puedan escoger el libro que quieren ver publicado en el blog (pueden elegir más de uno si lo desean) les damos las siguientes dos alternativas en las que ustedes podrán votar especificando claramente el número de la opción de su libro(s) deseado o bien el título(s) del mismo:

1- Pueden votar dejando un comentario en la entrada.

2- Pueden votar enviando un correo eléctrico al mail tumulto_rock@yahoo.es

lunes, 6 de agosto de 2012

UN RESPETO PARA LOS FAROS


POR ANTONIO QUINTANA CARRANDI



El origen de los faros, esas torres costeras que han servido de guía a los navegantes durante siglos, se remonta al año 279 antes de Cristo. Alejandría, la hermosísima ciudad que Alejandro Magno ordenó construir en el viejo puesto fronterizo de Rhacotis, en el extremo occidental del Delta del Nilo, se convirtió muy pronto en un emporio de comercio, y su puerto en uno de los más importantes del mundo antiguo. Por este motivo, en la fecha antes mencionada, el Rey Ptolomeo II Filadelfo dispuso que se construyera en la isla de Pharos, que cierra el puerto de Alejandría y se une al continente por un dique de poco más de un km de longitud, una altísima torre de fuego que sirviera de referencia a los marinos. El arquitecto fue el griego Sóstrates de Cnido, del que se cuenta que, conocedor del alto poder corrosivo del agua salobre, empleó enormes bloques de cristal en los cimientos de la estructura, ya que el vidrio ofrece una gran resistencia a todo tipo de corrosión. La obra estaba rematada por una estatua del dios Poseidón, y su altura, de 180 metros, sólo sería superada, muchos siglos después, por las catedrales góticas del último periodo de la Edad Media. En su gran brasero se quemaban maderas resinosas durante el día, pues al arder generaban un humo denso visible a gran distancia. Por la noche se empleaban leños secos para producir un fuego intenso, cuya luz podía verse, según se decía, a 50 km mar adentro en una noche despejada. Esta magnífica obra de ingeniería era tan impresionante que fue considerada, con razón, una de las siete maravillas del mundo antiguo, junto con Las Pirámides de Guiza en Egipto, Los Jardines Colgantes de Babilonia, La Estatua de Zeus en Olimpia, El Templo de Artemisa en Éfeso, El Mausoleo de Halicarnaso y El Coloso de Rodas. Esta maravilla siguió en activo durante muchos siglos, hasta que un terremoto la destruyó. La fecha exacta no se conoce, pero los historiadores creen que fue en el año 1326 de nuestra Era, aunque existen voces discrepantes que aseguran que el faro fue destruido en 1375.

Los marinos bautizaron a esta torre como Pharo, por el nombre de la isla en la que se encontraba, y de ahí devino el genérico faros. Pronto comenzaron a levantarse torres similares por todas las costas. Uno de los primeros faros de España fue el de La Coruña, en Galicia, construido por los fenicios y mejorado por los romanos, del que cierta leyenda decía que tenía propiedades mágicas, pues su fuego podía arder durante 300 años sin necesidad de ser alimentado. Roma, haciendo gala de aquel pragmatismo suyo que tanto contribuyó a engrandecer su Imperio, erigió numerosos faros, como por ejemplo el de Boulogne en La Galia o el de Dover en Britania.

No obstante, fue preciso esperar nada menos que hasta el siglo XV para que apareciera un sistema de luces más organizado y eficiente. Muchas señales costeras de esa época no eran faros propiamente dichos, sino simples hogueras encendidas en un promontorio para advertir de peligros o indicar la entrada de algún puerto. Como el cuidado de estos fuegos se consideraba una obra de caridad cristiana, lo normal era que se ocuparan de ellos los monjes de los monasterios cercanos. Pero con el aumento del tráfico naval y el comercio marítimo esto cambió radicalmente. La mayoría de los faros que se construyeron a partir del siglo XVII fueron financiados por particulares, que establecieron acuerdos con los armadores para que cada buque que pasara por aquellas aguas abonara una cantidad en concepto de peaje. Del cuidado de estos faros se ocupaban voluntarios que, con el paso de los años, acabaron asociándose y convirtiéndose en auténticas entidades nacionales, como por ejemplo la “Trinity House” y los “Commissioners of Irish Lights”, que eran las responsables de toda la señalización marítima a lo largo de las costas de las Islas Británicas. Pero poco a poco los gobiernos nacionales fueron asumiendo el control de estas señalizaciones.


Para entonces los marinos de todo el mundo ya consideraban a los faros como una ayuda indispensable para la navegación. Cada uno era identificado por los navegantes por sus características particulares de funcionamiento. Los sistemas de iluminación se fueron perfeccionando con el paso del tiempo. El sistema catóptrico, consistente en una lámpara de aceite cuya luz era reflectada con un espejo parabólico, se inventó en 1763. El sistema dióptrico, en el que los rayos luminosos eran reflectados concentrándolos a través de una lente de aumento, se utilizó por vez primera en el faro de Portland, Inglaterra, en 1785. Combinando ambos se creó el sistema catadióptrico, utilizado en el faro de Chassiron, Francia, en 1827, con resultados espectaculares. Con los bastidores giratorios accionados mecánicamente y nuevos prismas, lentes y reflectores se logró crear infinitas combinaciones de destellos y ocultamientos, con lo que se facilitó más aún la identificación de cada faro. En los inicios del pasado siglo XX, cualquier ruta litoral con un volumen razonable de tráfico estaba perfectamente señalizada, de forma que un navío nunca se encontraba fuera del alcance de uno o más faros. Con la automatización primero, y luego con la informatización, desapareció la figura del farero. Pero esas nobles torres siguen ahí, guiando en la noche a los navegantes del mundo entero.

Sin embargo, un grave peligro las amenaza. Los adalides de la depredación turística se han encaprichado de los faros y aspiran a convertirlos en eso que llaman “referentes turísticos”; es decir, pretenden buscarles otra utilidad al margen de aquella para la que fueron concebidos. Algunos proyectos han apostado por dotar a los faros de pequeños museos o bibliotecas, lo cual no está mal del todo. Pero a muchos otros se planea acoplarles un “chigre” —un bar, taberna o restaurante—, y eso se me antoja una atrocidad. La soledad y el aislamiento son el principal encanto de los faros, de modo que permitir que accedan a ellos manadas de turistas en “pantalonada” corta y body fosforito prensando arrobas de tocino es una imbecilidad y un despropósito. Estas dignas estructuras no necesitan de artificios para atraer la atención del viajero, espécimen menos abundante que el turista chusquero, pero de superior inteligencia. Lo que denominamos “turista” en esta vieja piel de toro, ese individuo que deambula por ahí con cara de nada y vestido con cuatro harapos comprados en un bazar del “Todo a un euro”, es incapaz de interesarse por una ermita románica, un caserón de indianos o los restos de una muralla medieval. ¿Cómo va a interesarse por un faro? El viajero, por el contrario, quiere algo más que pipas, paseo y playa, y suele mostrar interés por la historia del lugar que visita. Los faros forman parte de dicha historia, y tengo para mí que a ninguna persona sensata le gustaría encontrarse una cafetería en uno de ellos, como tampoco aprobaría un Bingo en la sacristía de una Iglesia o un burdel al lado de un cementerio.

Ya se han destrozado demasiadas cosas en aras del turismo mal entendido. Prostituir los faros, travestirlos de chiringuitos turísticos, es una barrabasada. Alguien debería pararles los pies a tantos politicastros de medio pelo como pululan por ahí, siempre empeñados en meter sus pezuñas en cosas que no entienden y por tanto no pueden apreciar. Los faros son una parte importantísima del patrimonio histórico de los pueblos, y deberían ser protegidos de la estulticia de tanto ignorante con “mando en plaza”. El turismo es, hoy por hoy, la principal industria española. Pero eso no justifica, en modo alguno, que se acabe con todo en su nombre.

Antonio Quintana.